Ya comenzó el tiempo de Cuaresma, un período de cuarenta días en los que prepararemos nuestros corazones para vivir la Pascua, la cual constituye una de las fiestas más importantes de la cristiandad. Lo anterior, pues nos recuerda el amor incondicional de Dios: un amor que no escatimó entregarse hasta la muerte, y muerte en Cruz, para darnos la salvación y la vida eterna… ¡Qué gracia tan hermosa nos ha sido dada por medio de la Pasión y muerte de Jesucristo!…
Sin embargo, la Cuaresma no es solo un período que implica reflexión, sacrificios, purificación y conversión, como memorial de ese gran sacrificio, sino también un tiempo para acoger la FELICIDAD que representa la resurrección de Jesucristo.
A propósito de felicidad, este año podemos aprovechar la Cuaresma descubriendo un nuevo ingrediente para alcanzar la felicidad que tanto anhela Dios para nosotros sus hijos.
Se trata de un viaje espiritual en el que cada día podrás recibir una cápsula inspirada en los mensajes de Jesucristo, para:
- Revitalizarte y dejar de tener miedo
- Motivarte a actuar continuamente por fe
- Avanzar en la vida con confianza y alegría, tal y como Dios lo desea.
Recuerda, Jesucristo murió para que tengamos vida en abundancia, es decir, una vida plena y feliz, incluso a pesar de los obstáculos y adversidades propias de nuestro camino terrenal. Así que únete a cientos de orantes y descubre la receta de la verdadera felicidad durante esta Cuaresma.
Oración para iniciar la Cuaresma
¡Ven con nosotros, Señor!
Sin ti, ¿cómo podríamos avanzar hacia ese hermoso camino de luz y alegría que nos has
preparado?
Entrar en Cuaresma significa abrir nuestras puertas y aprender a movernos, a
desplazarnos, a vivir.
Significa negarnos a permanecer fijos en nuestras posiciones, en nuestros dogmas o en
nuestras certezas absolutas y caminar hacia tu voluntad.
Entrar en Cuaresma significa también cambiar de rumbo: poner nuestra mirada en Dios,
para no dejarnos perturbar por las costumbres de los demás, sus ideas, sus hábitos, sus
palabras.
Entrar en Cuaresma significa también escuchar la Palabra, la Palabra que, en medio del
ruido externo, nos toca el corazón y nos permite tener un gesto de perdón, de amor o de
paz.
Entrar en Cuaresma significa escuchar el amor de Dios; no un amor que se fija en las
apariencias, sino un amor que te enseña a ver de otra manera, a hablar de otra manera, a
compartir de otra manera, a encontrarte de otra manera y a ser verdaderamente feliz,
mientras arde en ti y enciende el fuego en los demás.
¡Ayúdanos Señor a dejarnos envolver por tu amor y por la felicidad que tienes preparados
para nosotros durante esta Cuaresma!
